Vida útil de datos digitales.

Cuando apareció el CD y posteriormente el DVD, todos hemos leído información acerca de la longevidad de dichos soportes, garantizando la posibilidad de acceder a nuestros datos pasados entre 50 y 100 años (excluyendo, por supuesto, marcas dudosas, como una que empieza por “prin” y termina en “co” que hace tiempo sufrí en carne propia).

El caso es que esa cifra, que actualmente se nos antoja segura, palidece ante el tiempo que han perdurado algunos libros antiguos.

Pensando en esto, un programador ha creado un sistema, que permite imprimir unos 200k de datos en una página tamaño A4, incluyendo un sistema de detección y corrección de errores, que permitiría después escanear de nuevo la página y reconstruir el archivo original. Más concretamente, una de las pruebas que hizo el autor del software fue imprimir una página, doblarla en cuatro partes, metérsela en el bolsillo y luego tratar de recuperar la información (con éxito, por cierto).

twibright optar

Además, el autor añade algunas utilidades interesantes a este método, como por ejemplo, la capacidad de que un notario de la antigua escuela (que desconozca las firmas digitales), certifique la existencia y contenido de un determinado archivo de datos, o también puede usarse como una ampliación de los (tan conocidos en Japón, y tan desconocidos aquí), códigos QR, para incluir en una revista, por ejemplo, una melodía MIDI, sin necesidad de aportar ningún soporte digital ni enlaces que obliguen a navegar por internet con el móvil (con el consiguiente gasto), incluir imágenes a color en publicaciones en blanco y negro, etc.

Ya en tono de broma, también podría usarse para crear enlaces IP sobre un transporte de palomas mensajeras… ;-)

En su momento, este software le hubiese resultado tremendamente útil a Phil Zimmerman, creador de PGP, cuando, por razones legales, el software que había creado, al ser considerado por el gobierno americano como arma, no podía exportarlo, cosa que sí podía hacer con un libro. Para que en el resto del mundo pudiésemos disfrutar de dicho software, tuvo que imprimir el código fuente viajar fuera de Estados Unidos y volver a teclearlo de nuevo y recompilarlo (bueno, se ayudó de un escáner y software OCR, pero bueno) ;-) En cualquier caso, el proceso le llevó un tiempo, sobre todo por la imposibilidad que tenía de comprobar un simple CRC en los archivos generados, puesto que era imposible escanear por ejemplo el mismo número de espacios en blanco.

El software en cuestión está en:

http://ronja.twibright.com/optar/

Y la entrada original acerca de la longevidad de la información digital está en:

http://softlibre.barrapunto.com/article.pl?sid=08/12/08/0127207