MICROHISTORIAS: FACIT C-1, precisión sueca en una calculadora totalmente mecánica en la década de los 50.

Corría la mitad de la década de los 50. Mientras en otras partes del mundo ya se empezaban a vislumbrar el uso de válvulas de vacío y transistores para realizar cálculos matemáticos, la empresa FACIT de Suecia seguía empeñada en sus modelos totalmente manuales. Su precisión, portabilidad y la no necesidad de electricidad parecían argumentos suficientes por aquel entonces. Un ejemplo muy evolucionado era ya la Facit C-1,  con presencia en miles de oficinas a nivel mundial. Facit (Facit AB) fue fundada en 1.922 con el propósito de fabricar productos para la oficina. Estaba basada en la localidad de Atvidaberg y desde sus inicios empezó a investigar el diseño y fabricación de calculadoras mecánicas. En el año 1.932 la primera calculadora de diez dígitos se había lanzado al mercado con gran éxito.

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Las Facit C-1 seguían el concepto de la mítica Curta, que empezó a comercializarse por el austriaco Curt Herzstark en 1948. Años antes, mientras Herzstack estaba internado en un campo de concentración, su idea le salvo de una muerte segura al dedicarse a la realización de su proyecto como un posible regalo para Adolf Hitler al final de la guerra. La Curta realizaba las operaciones introduciendo los números usando unas palancas que se deslizaban, fijando así un número por cada dígito de la cifra que se era parte de la operación. Cada vez que se giraba la manivela en un sentido se sumaba la misma cantidad introducida, mientras que si se giraba en sentido contrario, se realizaba su resta. La multiplicación y la división requerían varios giros de la manivela.

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Volviendo a nuestro modelo Facit C-1, su facilidad para la introducción de los dígitos así como su fácil manejo de la manivela lateral, la hacían ideal para cálculos largos tanto de multiplicación como de división (incluso era posible realizar algunas raíces cuadradas).

Hay un video muy ilustrativo en castellano de cómo se realizan operaciones en una Facit C-1, que puede resultar muy interesante para entender la cantidad de trabajo que había que realizar en los años 50 para cualquier cálculo, comparado con  nuestras calculadoras y ordenadores actuales.

Posteriormente la fábrica Facit pasó a tener modelos eléctricos y electrónicos, sumándose ya a las tendencias de la época, pero eso ya es otra microhistoria.

@seraelcalifa